20 noviembre, 2005

Y estalló en mil pedazos...

Él lo llamó "ataque de ansiedad", lo único que yo experimentaba era que había perdido el control. Todo se fue a la mierda: la cordura, la tranquilidad, la paciencia. Alicia estalló, habló durante dos horas de todo lo que la agobiaba, de todo lo extraño del mundo que la rodeaba, de lo que no entendía, de lo que quería entender, de lo que le hacía daño, de lo que era injusto, de lo que le gustaría hacer y no podría hacer. Alicia, simplemente, estalló. El vaso se había llenado poco a poco durante semanas hasta que se desbordó, y Alicia con él.

Nunca me había sentido así, algo cambió ese día. Alicia es distinta ahora, la base de la pizza es la misma, pero el cuerpo y el alma ya son distintos. El orégano ha dejado de tener importancia para darle lugar a la pimienta, pimienta que utiliza para expresar una ironía contenida en un mundo que no entiende.

Así se sintió Alicia el jueves. Hoy...hoy ya es otra historia.

Escuchando: la TV.

P.D. I., no me enojo contigo, lo que siento es que ella tenga el don de la oportunidad, yo necesitaba verte ese día. Ya está, no ha pasado nada.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

hmmmm, ¡esa sensatez!

Besosss

Anónimo dijo...

Ya estas mejor no? a veces explotar es bueno ;)

Anónimo dijo...

A mi lado ya no está ella... si es que te referias a mí...

Anónimo dijo...

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