14 julio, 2005

Ventanas

Durante casi un año hemos acudido puntuales a nuestra cita diaria.

A las 21'00, encendías automáticamente la luz, una luz que se tornaba caprichosamente lejana aunque estaba a solo unos metros.

Raramente te dejabas ver, aunque yo tampoco hacía nada por dejarme ver. Sin embargo, alguna que otra vez te vi, asomándote, quizá con cualquier excusa tonta.

La mosquitera no me permitía verte con claridad y hubiese sido fácil quitarla para poder contemplarte, pero prefería imaginarte. Dar forma a tus contornos borrosos sin excusas, sin promesas.

Nunca nos dirigimos una sola palabra, tampoco hacía falta. Me sobraba con ver tu luz, allí, estática, lejana.

A las 22'00 apagábamos las luces, despidiendo otro día más sin conocernos.

El próximo año no encenderé mi luz para tí, no estaré aquí... Y este verano sólo nos conformamos con la ventana abierta y un cuadro colgado en la pared.

Fuíste mi amante sin condiciones, sin mentiras, puntual en cada cita, esperando expectante. Una ventana abierta al mar de mis deseos, sueños, ... el mismo paisaje donde me aún puedo evadirme. Gracias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me has traido recuerdos de otros tiempos, yo asomada a la ventana, descansando entre tantos apuntes.. el parecido....
miradas que se cruzan.. palabras y gestos...